

Pompeya es un ejemplo increíble tanto de la civilización romana como del poder de la naturaleza. Está abierta a los turistas durante todo el año, con horarios que varían según la estación. Es aconsejable reservar las entradas por Internet o llegar a la entrada a primera hora de la mañana para evitar colas. Tenga en cuenta que una visita rápida a Pompeya dura unas dos horas, pero una completa puede llevarle un día entero.
Los interesados en profundizar en el contexto histórico de lo que están a punto de ver pueden optar por una visita guiada, que puede proporcionar una visión en profundidad del pasado de Pompeya. Estas visitas suelen durar 2 horas.
Para las personas con problemas de movilidad, Pompeya ha creado un sendero "Pompeya para todos", que parte de la plaza Anfiteatro y recorre los lugares más importantes del yacimiento.

La conservación de los tesoros históricos de Pompeya ha sido uno de los principales objetivos para garantizar la pervivencia de su legado. La antigua ciudad se ha enfrentado a problemas como la intemperie, la erosión y el intenso tráfico turístico, lo que ha obligado a realizar grandes esfuerzos de restauración. El Proyecto Gran Pompeya, financiado por la Unión Europea, ha sido fundamental para estabilizar estructuras, restaurar frescos y mejorar la gestión del yacimiento.
El Antiquarium, un museo que exhibe artefactos y añade contexto a las ruinas, es un elemento central de estos esfuerzos. El Antiquarium no sólo protege estos valiosos objetos de un mayor deterioro, sino que también educa a los visitantes sobre la rica historia y la vida cotidiana de Pompeya. Mediante una combinación de conservación in situ e iniciativas educativas, estos esfuerzos pretenden salvaguardar las maravillas de Pompeya para las generaciones futuras.
La política sobre la introducción de alimentos ajenos en Pompeya muestra algunas variaciones en las orientaciones. Aunque la normativa oficial no prohíbe explícitamente introducir alimentos y bebidas, en general se desaconseja a los visitantes consumirlos dentro de las propias zonas arqueológicas.
Algunas fuentes indican que los turistas no pueden introducir alimentos ni bebidas del exterior. Sin embargo, otra información sugiere que los visitantes pueden disfrutar de picnics en zonas designadas del parque.
Lo más seguro es prever la compra de refrescos en las instalaciones del lugar, en lugar de recurrir a comida de fuera.
Dentro del parque arqueológico existen zonas de picnic designadas para los visitantes que deseen tomarse un descanso. Estos espacios permiten a los visitantes descansar y comer sin molestar a las antiguas estructuras y artefactos.
Se desaconseja consumir alimentos y bebidas directamente entre las ruinas y zonas históricas para ayudar a preservar el yacimiento. Las zonas designadas ofrecen espacios apropiados para las comidas manteniendo el respeto por el entorno arqueológico.
Dentro de la zona arqueológica funciona un punto principal de avituallamiento y cafetería llamado CHORA. CIRFOOD gestiona esta instalación, situada detrás del Templo de Júpiter.
En un bar o restaurante cercano a las Termas del Foro se ofrecen otras opciones de comida y bebida. Los visitantes también pueden encontrar bares y restaurantes fuera de las respectivas puertas de entrada al Parque Arqueológico.
Las instalaciones ofrecen refrescos y comidas a los visitantes que exploran el extenso recinto. La cafetería del CHORA ofrece un lugar para sentarse y comer durante los descansos.
Hay bebidas y tentempiés disponibles para ayudar a los visitantes a mantenerse hidratados y con energía durante su visita. Los bares cercanos a las Termas del Foro ofrecen opciones de refresco rápido.